El Grupo de Liturgia es una necesidad real y un medio muy eficaz
para preparar mejor nuestras celebraciones. Está formado por un equipo
de personas que se reúnen, para reflexionar y preparar la Eucaristía
dominical y otras celebraciones más especiales.
Su misión es ayudar a la comunidad a rezar mejor, a celebrar más
consciente y provechosamente y a mejorar la calidad de la celebración.
Y, así, la comunidad puede hacer oír su voz y sus deseos respecto al
ritmo y tono de sus celebraciones.
Consejos para un buen lector
- Leer las lecturas antes. Si puede ser, en voz alta y un par de veces. Así se podrá entender bien su sentido. Saber con qué palabras se puede tropezar.
- Estar preparado y acercarse oportunamente al ambón.
- No comenzar nunca sin que haya absoluto silencio. Situarse a la distancia adecuada del micrófono.
- Vigilar la posición del cuerpo; las manos sobre el ambón. La vestimenta, adecuada.
- Adoptar una actitud de tranquilidad. Evitar las prisas y los nervios. Hacer los silencios después de enunciar la lectura y antes de la aclamación final.
- Vocalizar. Resaltar cada silaba, mover bien los labios y la boca. Las últimas silabas de cada frase tienen que oírse igual de bien que todas las demás.
- Procurar leer con la cabeza alta. Antes de comenzar la lectura, mirar hacia la asamblea. Al final, al decir "Palabra de Dios", hacer lo mismo.
- No leer nunca lo que está en rojo.
- El final de la lectura es una exclamación: "¡Palabra de Dios!". No es una información: "esto es Palabra de Dios".
- Si hay moniciones, no deben ser leídas por el lector ni desde el ambón.